¡Este momento de aprender otra lengua es unidimensional! Los extrañamientos son muchos y se hacen presentes.
Los movimientos y distinción de su primo portugués; su formalidad y matices en recursos de expresiones; ¡el género de algunas palabras cambia con relación a mi lengua! Lo más interesante es que me remite a pensar con profundidad!
Por ejemplo, el género de la leche, el equipaje, el aprendizaje y el análisis.
Y no para por ahí, pues algunas palabras no cambian de hecho de género, sino que cambian por el encuentro de las vocales que viene con el artículo “la”! A ver: el agua y el alma.
Esto pasa con el alma, tema que se objetiva con Yuna, la protagonista del romance “Las Primas”, de la escritora argentina Aurora Venturini.
Lo ingenuo se vuelve metáfora. El alma sería una sábana blanca que nos envuelve: alrededor del cuerpo desnudo, ¡se mezcla con él!
¿El alma se escurre?, pregunto después de leer a Yuna.
Pienso. He pensado en el alma escurriéndose; el alma en un equipaje que se pierde en un vuelo.
¡Qué risa!
Sí, la libertad de Yuna para escribir nos estimula a hacer experimentos e intentos: pensar en las almas, el alma que se escurre y cambia como el agua que alcanza las aguas.
El alma, ese invisible que da sentido a la vida.
Imagen: Frontispicio de Dalí para el libro “Alicia en el país de las maravillas”.